Desde Colombia para ReelShort: cómo Into Films y Dos Ke Tres Films han adaptado con éxito melodrama al formato vertical

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Desde Colombia para ReelShort: cómo Into Films y Dos Ke Tres Films han adaptado con éxito melodrama al formato vertical

Tres productores colombianos están marcando el camino de la narrativa audiovisual latinoamericana en el mundo de los microdramas verticales. Ivonne Niño, de Into Films, junto con William Barragán y Patricia Lizcano, de Dos Ke Tres Films, en conversación con Ríchard Izarra para el programa #PRODUPrimetime, detallaron cómo fue adaptarse a este lenguaje en el que son pioneros en la región.

Su proceso, que combina la experiencia tradicional del melodrama con las exigencias del consumo móvil, muestra cómo Into Films en alianza con Dos Ke Tres Films se han abierto camino en un formato que exige inmediatez, precisión y una comprensión distinta del espacio visual, algo unido que está redefiniendo la ficción digital.

ENAMORADOS DEL VERTICAL

Into Films y Dos Ke Tres Films fueron las primeras productoras latinas en trabajar producir microdramas en formato vertical para ReelShort, la plataforma chino-estadounidense que ha popularizado este tipo de contenidos.

La historia comenzó con una llamada desde México, donde está radicada Ivonne Niño: “Me llamaron a plantearme de qué manera podíamos trasladar todos esos IPs originales de microdramas hechos en China y EE. UU. a Latinoamérica. Hice dos ejercicios, uno para México y otro para Colombia, y entendí que el camino más rápido era Colombia. Ahí llamé a Willy y le dije: ‘Creo que esto es el futuro. Apostemos y hagamos la primera, a ver cómo nos va’. Casi morimos en el intento, pero aquí estamos”, recordó.

Fue así como se aliaron y hasta el momento han realizado 9 microdramas para la plataformas, trabajo que suma más de 900 millones de visualizaciones. “Creímos que era más fácil de lo que realmente era. Cuando nos metimos de lleno en la primera historia entendimos que requería todo el profesionalismo y la seriedad de cualquier serie para plataforma o canal. Fuimos los primeros, los pioneros, y eso nos obligó a aprender rápido”, complementó William Barragán.

FENÓMENO QUE APENAS COMIENZA EN LATAM

Patricia Lizcano explicó la magnitud del mercado que inspira este formato y explicó que los números indican que en la región esto apenas está comenzando: “Hacen más de 36.000 microdramas al año solo en China. Es una industria gigantesca, con una facturación que supera la del cine o las plataformas tradicionales. Lo que está llegando a Latinoamérica es apenas una fracción de todo eso”.

Ivonne Niño explicó el impacto de la escala de producción que se está manejando en Asia para realizar estas producciones. “El día que vi una isla construida en China solo para hacer microdramas, con juzgados, mansiones, hospitales y colegios dentro del mismo backlot, entendí la magnitud del formato. Es impresionante el nivel de infraestructura que tienen. Por eso apostamos a estar en la punta de lanza en el momento en que comienzan a mirar a Latinoamérica”.

MELODRAMA EN VERTICAL

El formato del melodrama vertical que más se destaca en el mundo es el que retoma el ADN de la telenovela clásica, pero que en estos casos lo condensa en pocos minutos y en un espacio visual mucho más íntimo.

“Esto es la novela de los ochenta, escrita y actuada de esa manera, pero con la tecnología actual. El melodrama nunca se ha ido, solo cambió de rey, y sigue siendo el que atrapa en un celular”, definió William Barragán.

Sin embargo, al cambiar de encuadre y también la duración de los capítulos —alrededor de un minuto y medio por episodio—, la narrativa se ha transformado. “En el formato vertical no puedes tener backstory. Tienes que mostrarle al espectador quién es quién en el minuto cero. Las actuaciones son más teatrales, más expresivas, porque la cámara está tan cerca que todo se percibe con intensidad”, sostuvo Ivonne Niño.

Ese tipo de puesta en escena, explicó, exige actuar y dirigir desde la inmediatez. No hay espacio para la exposición lenta ni para el desarrollo de personajes a lo largo de varios capítulos. Cada gesto, cada palabra y cada encuadre deben comunicar la esencia del conflicto de forma inmediata. Patricia Lizcano complementó desde la mirada del espectador móvil:

“En el celular todo pasa rápido. Si no atrapas en un segundo, la gente hace swipe. Por eso desde el inicio se sabe quién es el bueno, quién el malo y qué está en juego. Esa teatralidad de la que hablan Ivonne y Willy es la que hace que el espectador se detenga”.

La productora subrayó que esa inmediatez no es un recurso estético, sino una necesidad de consumo: en una pantalla pequeña y en un entorno saturado de estímulos, el microdrama debe impactar de inmediato o se pierde en un segundo.

ENCUADRES, RITMO Y VERTICALIDAD

El formato también transformó la lógica de la producción audiovisual. Rodar en vertical a estos productores y equipo les ha implicado repensar todo el proceso técnico
“El cuadro vertical te cambia la cabeza. En el scouting ahora analizamos techos, pisos, ángulos que antes no mirábamos. No hay grandes planos generales porque los personajes se pierden. Hay que adaptar la luz, los grips, los monitores, todo. Incluso los camarógrafos tuvieron que aprender a trabajar con la cámara al revés”.

En las grabaciones, explican, hay una puesta en cámara más cerrada y en una composición vertical que jerarquiza rostros, gestos y relaciones espaciales. Los espacios cobran otra dimensión: techos, puertas y fondos deben diseñarse para un encuadre que privilegia la profundidad más que la amplitud.
Niño amplió la idea:“Los objetos y los movimientos se componen distinto. Si haces un paneo horizontal, el personaje se sale del cuadro. Aprendes a pensar en otra geometría”.

La velocidad, y ante todo, la eficiencia, también es parte esencial del formato. “En tres meses hacemos cuatro series”, señaló Barragán. Niño explicó que cada proyecto se produce en tiempos milimétricos:“Son cinco semanas de preproducción, una semana de rodaje por historia y siete de post. Entregamos el producto un viernes y el sábado ya está al aire”.

Lizcano destacó la exigencia del cliente, en este caso Reelshort, en cada fase: “Cada movimiento está acompañado. Hay micromanagement desde el primer día. Tienen métricas precisas: saben en qué momento el público da like, qué capítulos se guardan o comparten. Eso define decisiones creativas”.

Esa retroalimentación constante —única del ecosistema digital— influye directamente en las decisiones narrativas y de montaje. Los productores deben adaptarse a lo que funciona en tiempo real, a los momentos donde la audiencia se detiene o reacciona, y ajustar sus historias a esos patrones de consumo.

EL FUTURO: DE LA ADAPTACIÓN A LA CREACIÓN

Hasta ahora, las producciones de Into Films y Dos Ke Tres Films para ReelShort son versiones latinoamericanas de historias que ya tuvieron éxito en EE. UU, pero el objetivo del equipo va más allá del servicio de producción.

“Estamos en la búsqueda de poder contar nuestras propias historias. En Colombia hay grandes guionistas con experiencia en telenovela, y queremos aprovechar ese sello”, afirmó Barragán.

“El mercado es tan demandante que necesitamos configuraciones nuevas. No solo ser service, sino crear. La telenovela colombiana tiene un sello muy fuerte, y este formato puede llevarlo a una nueva audiencia global”, añadió Niño.

La experiencia de Into Films y Dos Ke Tres Films como pioneros en la producción de microdramas verticales en Latinoamérica confirma que el formato no es solo una tendencia, sino una transformación profunda en la manera de producir, narrar y consumir historias: un laboratorio donde la tradición melodramática latinoamericana espera encontrar un nuevo espacio.

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